viernes, 21 de marzo de 2014

Lazarillo del S. XXI.




Un día de Mayo ,en el vacie, nací yo, un chico llamado Rubén. Un chico rubio, de ojos azules, pequeño de estatura y no un chico de dinero, pero sí un chico optimista y alegre algunas veces. 

Mi familia me quería mucho, pero había un problema: No tenían dinero para mantenerse, ni para mantenerme. Mi madre, mi padre, etc, intentaron de todas las maneras posibles encontrar un trabajo, pero nada, no encontraron absolutamente nada. No tenían ni un céntimo y vivían del robo, y sobretodo, vivíamos en la calle. Mi madre, cuando yo tenía dos meses,no podía verme tan hambriento ,ya que, claro, ni ella ni mi padre ni nadie teníamos dinero, éramos muy pobres, y entonces estábamos muy hambrientos. Ella no podía verme así… Así que, lo habló con mi padre, y decidieron abandonarme, a verme más sufriendo. Me abandonaron al lado de un puente, era un puente viejo, llevaba ya muchos años ahí, pero seguía en pie, y me dejaron justo al lado, sin nadie, yo sólo, con dos meses. Estuve allí durante un tiempo , hasta que un hombre llamado Pepe me encontró. Yo era pequeño, así que no entendía muy bien y al ir creciendo, no me contó nada de que yo fuese abandonado, entonces yo creía que él era mi verdadero padre,y no que lo fuese otro hombre.



Pasaron los años, yo ya tenía 5 añitos. Mi ‘’padre’’ no era rico, era normal, teníamos un pequeño hogar, y comida. Aún así, el no me compraba juguetes ni nada. Me cuidaba, me alimentaba, y poco más.



 
Y entonces llegó el momento, el momento de ir a la escuela. Yo era pequeñito, todavía no entendía mucho de la vida, ni de cómo era ese sitio, ni de lo que se hacía allí. Cuando llegué el primer día, me gustó, coloreábamos, pintábamos, y nos enseñaban cosas. Al cabo de unos años, digamos, sobre los ocho añitos, no me fue muy bien. Entraron otros compañeros, que se metían conmigo, me quitaban el desayuno, y claro, yo era un niño pequeño y no tenía mucha defensa. Por culpa de ellos fui perdiendo amigos, que se iban con ellos, y se burlaban de mí siempre. Para mí fue una pesadilla, todos los años igual, fueron muchos años seguidos así, hasta que cumplí los doce años. Y decidí contarle a mi padre todo lo que me había pasado en el colegio en esos años.



Él me dijo: - ¿Por qué no me lo dijistes antes?



Yo le dije que tenía miedo, era chico, temía que pasara algo grabe si se lo contaba a él o algo parecido, además era chico, y no entendía mucho de la vida. A mi padre tampoco le importó tanto, pasó de mí. Yo le dije que por qué no me ayudaba, él me dijo, que no era su problema. Yo le contesté con un: ‘’soy tu hijo, me tienes que ayudar en mis problemas. Si no me ayudas, ¿para qué me has tenido? Y sobre todo, ¿dónde está mi madre?, ¿por qué yo no tengo?’’ Ahí digamos, acabó mi infancia para siempre. Me dijo: -¿en serio quieres saberlo todo? , y exactamente, me lo contó todo, hasta que habían dejado una nota que decía que yo era del vacie, y me tenían que dejar porque no me podían cuidar. Al principio me quedé un poco confuso, sin saber que decir. Después de todo eso, sabía que mi vida no merecía la pena. Estaba harto de que lo que me pasaba a mí, no le pasaba a nadie más. Era infeliz. Todo lo malo, venía a mi, era como una maldición.



Decidí escaparme y no volver más. Pero después de todo no hice eso, aprendí mucho de la vida estos años y no me iba a ir así porque sí, decidí hacer otra cosa, decidí vengarme.



Al llegar del fin de semana siguiente al colegio, me volví a encontrar con los que me amenazaban, yo me puse frente a ellos. Me dijeron: - Eh , enano, danos tu dinero. Yo les respondí con un rotundo ‘no’. Veía como se venían a mí, a pegarme, y yo no me alejé como las veces anteriores, me fui, y les pegué con una piedra en la cabeza, les pegué a todos, sangraban sin parar, hasta lloraban. Ya por eso me tuvieron miedo, y no me hicieron nada, ni me dijeron nada. Había ganado yo esta vez.




A partir de ahí fui así por la vida. Seguía siendo yo ,pero esta vez, algo más inteligente. Pero eso no fue lo único que averigüé de mí, también quería averiguar más, de dónde venía, ya que me quedé algo pillado con lo que me contó mi padre...Bueno, mi supuesto padre.Quería saber quienes eran mis padres, mis verdaderos padres de sangre. Así que esta vez, si que me escapé.



Me fui,dejando a mi supuesto padre de lado, con una nota, le dije que iba a buscar a mis verdaderos padres. Que cuando puediera, iría a verlo. Salí de allí sabiendo que yo antes vivía en el vacie, y que mis padres me dejaron al lado del puente, según me había contado mi padre. Fui hacia el puente, y después al vacie. Estuve dando allí unas vueltas. Me encontraba solo, no sabía dónde estaba, estaba perdido, totalmente perdido. Tuve que robar comida, bebida, y todo para poder mantenerme mientras andaba por allí, ya que la casa de mi supuesto padre me quedaba lejos y no iba a ir sin antes conocer a mis padres de verdad, porque antes de poder salir de allí, ya me habría castigado y seguro que no me dejaría ir a conocerlos.



Así que , estuve como dos semanas por allí preguntándole a todo el mundo si conocía a dos hombres que abandonaron a su hijo en un puente, vamos, a mí. Después de preguntarle a todo el mund, nadía los conocía, y pues no los encontré. Y entonces, me rendí. Me iba a volver a mi casa, cuando, de repente, vi a dos hombres llegar, les pregunté también a ellos si conocían a mis padres, y resultaba… Que eran ellos.



Los encontré, y al final lo que hice fue presentar a mi antiguo padre, que aunque no me trató del todo bien,me había mantenido, a mis verdaderos padres. Ya les pregunté el por qué me abandonaron y me dijieron que era porque no podían mantenerme. Al fin del todo, conseguí vencer mi miedo en la escuela, y encontrar a mis verdaderos padres, y ya sabía más sobre mi vida, prácticamente, lo sabía todo, había aprendido mucho para tener solo unos doce años. Había sido una época difícil pero al fin lo conseguí.